9 de Agosto de 2019. De Ruteng a Labuan Bajo

Hoy por la mañana Gemma y yo demoramos un poco la partida porque queremos ver los campos de arroz en tela de araña que no pudimos visitar ayer. Pablo se va antes porque quiere contratar el curso de buceo que va a realizar. 

Después del mejor desayuno de todo el viaje (este hotel merece un diez solo por eso), alquilamos una moto para ver los campos. La carretera es la que lleva a Labuan Bajo y está en perfecto estado, aunque hay mucho tráfico. Se llega en media hora. Parece que las cosas cambian rápidos en Indonesia, porque vamos con una Lonely Planet del 2016 y en cuanto a infraestructuras está bastante desactualizada! Para los campos de arroz han creado ya una infraestructura que te permite subir a lo alto de la colina donde tienes unas vistas fabulosas por el módico precio de 30k por persona. La verdad que es curioso como tienen distribuidos los arrozales, siendo cada familia propietaria de una de las líneas completas que forman la tela de araña, pero a esta hora del día y en esta época del año no están muy espectaculares, pues la mayoría están cosechados y secos.

De vuelta, nos cogemos el autobús puntual a las 11 que nos llevará a Labuan bajo en 4 horas. Nos dijeron que había muchísimos horarios para ir a Labuan y así es, sale uno casi cada hora! Además, el autobús es de muy buena calidad y se viaja cómodo, a pesar de las mil y una curvas del camino!! Paramos a comer en el mejor restaurante de carretera que hemos encontrado y allí nos encontramos a Pablo, que a pesar de haber salido una hora antes está todavía ahí atascado, con el autobús estropeado. Acabamos de comer y nos vamos antes que él, ya que están esperando a otra furgoneta para que les lleve, la cual, luego nos contará que también pinchó en el camino… 

En Labuan hacemos el checking en el Hotel Green Prundi, un poco alejado del centro en búsqueda de tranquilidad, y nos vamos al centro a pagar el viaje de mañana a Komodo y a cenar. Pagamos 107 euros por el viaje de dos días y una noche por el parque nacional de Komodo. El precio es accesible para nosotros, pero luego nos enteramos que se puede conseguir más barato, así que no dejéis de buscar y de regatear!! Hay muchas agencias y muchísimos barcos, así que incluso en temporada alta, no es necesario contratar por adelantado. 

Nos tomamos una merecida cerveza disfrutando del atardecer en el segundo piso del Piratas, en la calle principal.

Y cenamos en un restaurante italiano, el Baccala, muy recomendado en Tripadvisor. La comida estuvo muy rica, especialmente el Tataki de atún, pero el servicio dejó bastante que desear.