3 de Agosto de 2019. TORAJAS
Tras
una ajetreada noche nos levantamos todos un poco cansados. Desayunamos un
estupendo plátano frito con chocolate y queso y nos vamos a recorrer la zona en
motocicleta.
Comenzamos
subiendo al mirador de Batutumonga, que se encuentra muy cerquita de la casa de
John. Antes paramos en las tumbas de Pana, que están nada más salir del la
guesthouse y que contienen también un árbol-tumba de niños.
Los Toraja a los
bebés que mueren los entierran dentro de grandes árboles a los que hacen
agujeros por donde introducen los cadáveres. El gran árbol que se encuentra en
este enterramiento tiene al menos 10 agujeros tapados con pelo que presumimos
es de cola de búfalo. El lugar es sombrío pero bonito, rodeado de un gran
bosque de bambú y con multitud de tumbas también en la roca de la montaña.
Con
las motos pudiendo a duras penas, subimos hasta el mirador de Batutumonga, que
está en lo más alto de la colina en la que vivimos. Allí hay unas vistas
espectaculares del valle y algunos alojamientos y restaurantes con una pinta
muy buena. Toda esta zona está plagada de Tongkonan, la mayoría muy bien
cuidados o recién construidos.
Esta
misma carretera asfaltada te lleva de nuevo hasta Rantepao, así que bajamos por
ella (está en muy buen estado), parando en multitud de ocasiones a hacer fotos.
La zona es agrícola y están cosechando el arroz. Lo cortan en pequeños
ramilletes de 15-20 plantas y lo atan, luego lo suben a zona de roca o a la
propia carretera y lo ponen a secar boca abajo.
Llegamos
a Rantepao a hora de comer, así que buscamos un lugar recomendado por
Tripadvisor, pero no comemos muy bien porque una de las cocineras se ha ido al
funeral y tardan muchísimo en servirnos. Recargamos Internet en el móvil y nos
vamos a recorrer la carretera que sale de rantepao en dirección oeste. Llegamos
al algunos sitios de los que estuvimos ayer, pero a última hora, buscando Lolai
Village (nunca la hallamos), cogimos una carretera cruzando el río a la derecha
de la principal, que nos encantó. Zona eminentemente rural de montaña con
poblados auténticos y actividad ganadera y agrícola.
Dejan a los niños jugar en los campos de arroz a una especie de boley ball porque así pisan la tierra y dicen que es bueno para los posteriores cultivos
Se
nos hicieron ya casi las cinco, hora de devolver las motos, así que volvemos a
la ciudad, pero antes pasamos por la estación de buses a comprar los tickets. Menos
mal que le dijimos a John de reservar, porque ya no quedaban!
Tras
devolver las motos nos vamos a cenar algo en la ciudad antes de subir a la
casa de John. La cena es buena y las chicas que regentan el restaurante, a
pesar de no hablar ni una palabra en inglés, son súper agradables. Echamos unas
risas con la dosis de picante que pide Pablo, ya que usando el traductor de
Google, le dicen que puede pedir que pique en un ranking de 1 a 20 y él pide 10…. Las
chicas se empiezan todas a reír a carcajadas haciendo señas de que moriría si
se toma eso!! Al escribir en el traductor en vez de 1 o 2 cucharadas de
picante, había puesto de 1 a
20 y por eso Pablo pidió 10!! Con 2 casi se muere, como para echarle 10!!
Pero
la verdadera aventura del día comenzó al intentar buscar medio de transporte
para subir a casa de John. Grab daba opción de un solo coche que tardó más de
una hora de moverse de donde se encontraba. Lo cancelamos varias veces, pero no
salía ninguno más que subiera hasta la casa de nuestro anfitrión!. Preguntamos
a las Bemo, motocicletas tipo tuc tuc, que muy amablemente nos dijeron que ni
de coña! Que sus vehículos no podían subir las horribles cuestas que llevan a
la casa de las montañas!! Y taxis en la ciudad no hay…. Hablamos con John, pero
tampoco podía venir a buscarnos…. La noche se complicaba!! Nos veíamos subiendo
a pie las tres horas que nos marcaba Google Maps! Por fin vimos que el coche
anunciado en Grab se movía y efectivamente: venía a por nosotros!! El conductor
era un hombre mayor que no sabía ni una palabra de inglés. Lo primero nos
preguntó que a donde íbamos, lo cual nos extrañó bastante, puesto que es Grab
les dan la ubicación de nuestro destino, pero más nos extrañó cuando vimos la
dirección que cogía… nada que ver con la que debería haber cogido!! Pero claro,
quién le discute a un taxista local acerca de cómo llegar a un lugar de la
zona?? Aun le volvimos a enseñar la dirección para asegurarnos de que se había
enterado bien, y nos dijo que sí, así que confiamos en él…. Eso hasta que nos
dimos cuenta que el Google Maps ponía que cada vez nos alejábamos más de la
casa; primero 30, luego 35, 40…. No tenía mucho sentido lo que estaba haciendo
este hombre, pero no había forma de discutir con él la ruta!!
Así que nos dejamos llevar… Al rato nos
dimos cuenta (era de noche cerrada) que nos llevaba por la carretera por la que
habíamos bajado por la mañana a Rantepao, un camino que a nosotros nos costó 2
horas en moto. Quisimos creer que lo había elegido porque la carretera estaba
mucho mejor, pero el caso es que no era cierto y había tramos realmente
espantosos, en los que sufríamos por él y por su coche…. Cuando llegamos al
punto más alto del mirador de Batutumonga, nos paró. El hombre pensaba que era
ese nuestro destino final, había habido algún malentendido y no sabía donde se
encontraba la casa de John, así que tuvimos que mostrárselo con el navegador.
Cuando el hombre vio por la carreterucha que se tenía que meter y los agujeros
terroríficos que había en el pavimento, comenzó a resoplar y jurar en Bahasa….
La tensión se cortaba en el coche, pero no había sido nuestra culpa que el
señor no conociera la ubicación de nuestro destino final y que nuestro
anfitrión viviera donde dios perdió el gorro!!!! El caso es que el final del
trayecto lo pasamos fatal…. Llegamos a la casa tras más de una hora de camino
y dejamos al hombre conmocionado en el coche con sus 54000 IDR (casi 4 €) en la
mano…. El pobre quedó en shock tras el
trayecto.
Para
colmo en casa ya estaba todo el mundo durmiendo y se nos fue la luz, así que no
quedó otra que irse a la cama y esperar levantar mañana con mejor pie!
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